El arquetipo Naná Burukú representa la fuerza más esquiva y variada entre las que pueblan la mente humana. Su presencia es tan remota que incluso supera a la de Oshumaré, la serpiente de dos cabezas. La inmensidad de lo desconocido siempre ha estado sobre nuestras cabezas, desde los albores del conocimiento. Mirando la noche, el hombre siempre ha sentido su propia pequeñez y fragilidad. Todo lo que está en la oscuridad es potencialmente peligroso. No podemos distinguir formas, colores, no podemos ver bien ni de cerca ni de lejos. Todo se vuelve peligroso si no puede ser dominado por nuestra conciencia. Cuando no vemos bien, el mundo se puebla de sombras y presencias indefinibles, que se mueven y viven a nuestro alrededor.
En las profundidades de la oscuridad cósmica se originó la luz. El negro es la matriz principal. La luz es su derivado. El negro es nuestra verdadera madre. El origen de todo lo que existe se encuentra en ese negro que divide una estrella de otra y que es la sopa primordial hecha de posibilidades que quizás algún día se manifestarán y se volverán "reales" a nuestros ojos.

Coloca el icono de Naná Burukú en el centro de tu altar. Empieza a hablar EN VOZ ALTA explicando por qué necesitas la ayuda de esta fuerza, de este genio o arquetipo llamado Naná Burukú. Al final de tu discurso, coloca las monedas consagradas en tu recipiente de ofrendas y cierra el ritual.